5 dimensiones para estados mentales positivos

Son nuestros estados positivos, esos momentos de certeza, de fuerza, de alegría, de optimismo, los que hacen la diferencia. En una dirección va el vivir repetitivo y automático de momentos grises, por otra dirección muy distinta la vida valiosa, en la que entusiasmados sentimos que el futuro se abre ente nosotros.
Por necesidad de supervivencia el sistema nervioso de nuestra especie ha evolucionado para aprender y recordar lo peligroso, lo negativo. Nuestra mecánica mental deriva espontáneamente de allí, pero hay formas de recablear nuestro sistema nervioso, de entrenar nuestra mente para que desarrolle y mantenga estados positivos.

-No podemos afianzar estados mentales positivos si nuestras intenciones o actos son moralmente inaceptables para nosotros mismos-


Hay cinco dimensiones en las que necesitamos ejercitar nuestra mente para alcanzar estados positivos cada vez más frecuentemente y de mayor duración. Con diferentes nombres estas dimensiones han sido enfatizadas por los maestros de todos los tiempos y lugares.
La primera, el apoyo de las siguientes, es una base moral que integre nuestros actos, nuestros pensamientos, emociones y tendencias.
De una forma u otra todos tenemos ideas morales, algunos más meditadas y acabadas, otros por imitación, otros de forma difusa y esporádica, pero siempre hay algo de eso dando vueltas en nuestro interior.
estados mentales positivos
Podemos cultivar estados mentales positivos y de confianza
No hay estado mental positivo si nuestras intenciones o actos son moralmente inaceptables para nosotros mismos. En algunos casos la contradicción se siente de inmediato, en otros encontramos justificaciones que satisfacen pseudo raciocinios, pero el sufrimiento siempre emerge  ¿Qué estado positivo podría surgir del falseamiento y oposición internos?
La segunda dimensión para lograr estados positivos es estar atentos, “despiertos” dirían algunos maestros para marcar la diferencia entre la atención rutinaria refleja y la atención sabia, ejercida con intención trascendente.
Despiertos para darnos cuenta de nuestras intenciones, actos, pensamientos, emociones, tendencias, y de los efectos que todo esto genera en nosotros, en los demás y en el mundo.
Es esta atención la que va descubriendo la distancia entre lo que es y lo que queremos realmente que sea, es esta atención la que nos mantiene en contacto con el camino hacia los estados positivos, generando capacidad de tener dirección.

-Necesitamos aprender de la experiencia, lo que es literalmente aprender a no repetir errores emocionales o mentales-


Y como se dice en budismo, hasta que nos iluminemos vamos a caer mil veces en la distracción, vamos a andar y hacer por la vida como dormidos, pero cada momento de atención verdadera nos servirá de orientación para volver a tomar el camino de la felicidad y la plenitud… Y además los momentos de atención van siempre sumándose, haciéndose más fáciles y frecuentes.

La tercera dimensión para cultivar nuestros estados positivos es el discernimiento en esos momentos de atención ¿Cómo he actuado antes ante situaciones como esta? ¿Cuál fue el resultado? ¿Qué situaciones y efectos han surgido de las presentes condiciones?
En esta dimensión nos aplicamos a aprender de la experiencia despierta, aprendemos literalmente a no cometer errores. Vamos entonces acrecentando la sabiduría que nos aleja de lo que destruye y causa sufrimiento y confusión; sabiduría que nos ayuda a no tropezar de nuevo con piedras conocidas. Nuestro conocimiento de lo que llamamos realidad va haciéndose más preciso y útil.
El discernimiento sirve también para ir perfeccionando nuestras prioridades y eligiendo vías de pensamiento y emocionales cada vez más constructivas y positivas.

-La práctica cotidiana de Yoga y Meditación están tan ligadas a los estados positivos-


Paciencia es la cuarta dimensión. Porque aún cuando vamos progresando en las anteriores, aún empeñándonos en hacer lo mejor que podemos, de vez en vez erramos.
A veces con suaves desviaciones que nos incomodan ante nosotros mismos. Otras veces fallamos horriblemente, creándonos problemas y sufrimiento y desparramándolo alrededor. Lo dicho, hasta que nos iluminemos esto va a suceder.
En esas situaciones cultivar estados positivos es aceptar las consecuencias, incorporar ese sufrimiento como recordatorio para la próxima vez estar más atentos o tener mejor discernimiento, y volver a la atención despierta… Sin olvidar de reparar el error doblemente.

La quinta dimensión atraviesa y mantiene activas todas las demás: aplicar energía; esforzarse, en términos de sostener esa energía aplicada y su dirección de manera estable y constante. Ni la mejor de las intenciones puede materializarse si no hay una energía que la concrete, que la manifieste en el mundo.
Por eso prácticas como el Yoga y la Meditación están tan ligadas a los estados positivos, porque eliminan del cuerpo y de la mente vías de mal gasto y pérdida de energía liberando toda esa fuerza para cultivar con habilidad estados mentales positivos de manera cada vez más frecuente y duraderos.


Texto de Roberto Martínez CC-BY-SA-4.0
Foto: por aka Tman CC-BY-SA-2.0

Para que la imperfección no opaque la felicidad


Decía Epicteto que “Es un necio quien cree que la libertad consiste en que todo ocurra de acuerdo con nuestros deseos”  y casi todos estamos de acuerdo con ello. Pero cuando las cosas "no son como deberían ser" nos frustramos, nos rebelamos, nos enojamos, sufrimos de mil diferentes maneras. Las sesiones de asanas Yoga con su combinación de estímulo desafiante y aquietamiento interior y exterior van creando en nosotros las habilidades para salir con prontitud de esos estados.

Ante lo defectuoso nuestra vida se ve alterada y  se vuelve imperioso hacer algo, necesitamos restituir el orden esperado y cumplir nuestra expectativa; comenzamos entonces a improvisar, a chocar contra las circunstancias, nos estresamos, nos alteramos, problematizados, enojados contra lo imperfecto  en proporción a la importancia que le damos a la falla.

-Imperfecto es lo que no coincide con el ideal, con el estándar, con el objetivo que tenemos-


aros imperfectos y bellos como el Yoga
La belleza resplandece en lo que es único
Además con bastante frecuencia nuestros planes sufren accidentes que trastocan "lo que iba a ser", "lo que tenía que ser". Lo que se prometía perfecto termina no siéndolo y lo incompleto, lo defectuoso nos complica la existencia. Entonces nos sentimos justificados en la incomodidad, la rebelión y la tensión interna; y aquello de que "nadie es perfecto"  queda sólo para muy restringidas situaciones, cuando nada que realmente nos interese está en juego.

Reaccionamos pero no nos preguntamos qué es lo que esa imperfección está mostrando. Es indispensable entender que imperfecto es lo que no coincide con un ideal, con un estándar, con un objetivo que tenemos. Cuando eso sucede nuestra vida es afectada, sin embargo más de una vez el problema está en la expectativa: objetivos inalcanzables, ideales desconectados de las condiciones reales, expectativas sin sustento.

- Aún cuando la expectativa sea razonable la imperfección aparece por todos lados-


Está bien tener ideales y ponerse metas desafiantes siempre que sean parte de un proceso orgánico y realista. Más de una vez, por un voluntarismo ingenuo o por presiones interesadas nos encontramos buscando el cofre de oro al final del arcoíris. Cuando nuestras metas e ideales se vuelven tiranos que generan sufrimiento en nuestra vida y lo multiplican a nuestro alrededor es señal de que algo no está bien con ellos, y que el camino paras por buscar con sabiduría el punto de encuentro entre la expectativa y la posibilidad.
Y aún cuando la expectativa es razonable la imperfección aparece con frecuencia. Más de una vez nuestras mejores intenciones generan efectos no deseados, la relación con quienes amamos tiene claroscuros, los objetos se rompen, las máquinas fallan, el clima empeora, las instituciones tienen falencias y las leyes mil recovecos; nuestro cuerpo envejece y a veces enferma, nosotros mismos no terminamos de ser tal como querríamos.

Ante la imperfección y el accidente dos caminos se abren ante nosotros: el más habitual es quedarnos atrapados en nuestro enojo y alteración, perdiendo energía,  juzgando con rencor, intentando forzar las cosas y alimentando diferentes tipos de violencia que hacen que nos sintamos peor y generemos mayores problemas. Damos lugar en nuestro interior y en nuestra acción a condiciones que nos impiden cualquier tipo de acción hábil.
El otro camino es actuar sobre lo sucedido, sobre las condiciones interiores y exteriores; adaptarnos activamente buscando la salida primero del estado interior y luego de la circunstancia. Para ello es esencial entender y aceptar que cada uno de esos eventos imperfectos son sólo eso, y no agregarles nada más, no transformar un hecho en una historia, algo eventual en un objeto mental permanente.

-La práctica regular del Yoga ofrece constantes oportunidades de transformar la imperfección en crecimiento y libertad-


Como dice Eckhart Tolle el noventa por ciento de nuestro sufrimiento es innecesario. Buena parte del sufrimiento ante la imperfección comienza con una relación poco realista y reactiva ante lo imperfecto, porque la imperfección es inevitable, está siempre y por todos lados. Es imposible mantenernos apartados de la imperfección y los accidentes, como dijo el filólogo Fausto Cercignani "La perfección es el sueño de la imperfección que se rehúsa a despertar".

Una vieja historia de la antigua China cuenta del joven Rikyu que aspiraba a dominar la ceremonia del Te para lo que acudió a Takeno Jo, el más renombrado maestro de ese arte. Como prueba el maestro pidió al aspirante que pusiera en orden su jardín, trabajo al cual Rikyu dedicó el día entero cortando la hierba, podando arbustos, moviendo piedras y limpiándolo todo.
Cuando terminó miró el jardín, estaba inmaculado pero algo faltaba. Fue hasta el cerezo en flor y lo sacudió… algunas flores bajaron planeando hasta el suelo en un irregular patrón. Ahora el jardín era verdaderamente bello.
Takeno Jo, que observaba desde el pórtico supo que Rikyu estaba en condiciones de honrar la ceremonia del Te. Lo que está vivo crece, madura, se trasforma, eso es parte de la belleza y evolución natural.

El espacio de la felicidad empieza a abrirse cuando aceptamos la inevitabilidad del cambio y el accidente, y nos relacionamos proactivamente con ellos, cuando mantenemos una relación adaptable con nuestras expectativas, cuando entendemos que la imperfección es inevitable, reaparece en nosotros el aire fresco de la libertad, de las posibilidades; y encontramos en nuestro interior la fuerza y las capacidades para ser parte activa del proceso de transformación. La práctica regular del Yoga nos ofrece constantes oportunidades de enfrentar y transformar la imperfección volviéndonos constructores de una existencia plena.


Texto de Roberto Martínez
Creative Commons License  Creative Commons Attribution-ShareAlike 4.0  International License.

 Foto: Imperfección por Marina del Castell CC-BY 2.0

La verdad que te construye

Las filosofías orientales se han esforzado por milenios en encontrar los medios para superar las vicisitudes y los sufrimientos de la vida humana… es decir: nuestros contratiempos y pesares.
Esa promesa y enfoque práctico y directo llaman nuestra atención, pero a veces quedamos entre confundidos y desalentados por ideas e imágenes que nos resultan extrañas e inentendibles.

Yoga es la capacidad de conectar con el significado personal

En todas las filosofías prácticas de oriente la verdad es concebida como herramienta de liberación. No tiene valor en sí misma, sino como útil que nos permite acceder a una forma de vivir plena, alegre, fructífera.
La verdad requiere además de ser conocida ser ejecutada y se  sostiene en nuestro hacer cotidiano por cuatro columnas que le dan solidez y estabilidad.  Estas cuatro columnas definen también todo el resultado de nuestras acciones, porque el fin siempre pre-existe en los medios.


- En las filosofías de oriente la verdad es concebida como herramienta de liberación-

 

La primera columna es TOMAR TOTAL RESPONSABILIDAD de nuestras acciones, reacciones, sentimientos y pensamientos. Tanto cuando nos enorgullecemos como cuando nos arrepentimos ellos somos nosotros en acción y nada ni nadie más.

La segunda columna son PUNTOS DE REFERENCIA MUY CLAROS. Aquí están principios y valores que no negociamos ni con las circunstancias, ni con nuestros gustos y disgustos, ni con nuestras comodidades e incomodidades. Las referencias ayudan a saber siempre dónde estamos y hacia dónde necesitamos dirigirnos.

El tercer pilar es superar las distracciones de lo urgente y ENFOCARNOS EN LO REALMENTE IMPORTANTE, en lo que hace la diferencia a largo plazo y marca el rumbo en nuestra vida.
El último pilar cierra el cuadrado poniéndonos de nuevo al principio… pero diferentes, sólidos, estables, porque en este punto CONVERTIMOS LA VERDAD EN ACCIONES CONCRETAS allí donde la vida nos lleve.

Incorporando estas cuatro prácticas vamos librándonos de las constantes trampas que egos y mentiras nos tienden, y además de saber que estamos en camino hacia la plenitud SENTIMOS QUE ESTAMOS EN CAMINO… DISFRUTAMOS NOSOTROS Y DISFRUTAN LOS QUE ESTÁN A NUESTRO ALREDEDOR.


Texto de Roberto Martínez CC-BY 4.0
Foto  de Martinak15 CC-BY 2.0

La co-creación de tu mundo

Cuando hablamos de creatividad tendemos a pensar en el lo artístico… o en alguna puntual irrupción de lo novedoso en el campo de lo rutinario… Asociamos la creatividad con individuos de talentos fuera de lo común y con ámbitos especiales… diferente de nosotros ¡No es así!
Hemos descuidado un imperativo vital, y llave de la vida exitosa, abundante y plena.
¿Qué tiene que ver la creatividad contigo? ¿Cómo cultivarla para dar amplitud inesperada a tu vida?

alegria y creatividad manifiestas en co-creacion
Dar cauce al entusiasmo para encontrarse a uno mismo

Además de la red de responsabilidades, obligaciones y hábitos que limitan nuestra libre manifestación, vivimos en un entorno de conocimientos y actividades enfocados y especializados. Nuestra vida es casi repetición, rutina… conocidos y estrechos recorridos donde nuestro Ser se asfixia y opaca.
Por eso ser creativos es un imperativo vital, y no una opción de los que tienen dotes artísticas. La creatividad es ingrediente indispensable de la vida sana… y está en absolutamente todos nosotros, porque todos podemos soñar, imaginar, y  hacer extendiéndonos fuera repetición. Cuando damos espacio a nuestra creatividad nos armonizarnos con la vida en su permanente cambio, sumamos y fluimos.

Todos somos creativos … sólo necesitamos dejar de repetir los viejos caminos y repertorios, y  asomarnos a donde no lo habíamos hecho antes.

PRIMER PASO, DA CAUCE A TU ENTUSIASMO: ¿qué te llama la atención? ¿qué despierta tu curiosidad? ¿qué te gustaría hacer aunque no lo hayas hecho antes? ¿Qué te llama aún cuando no te sale bien?  Si puedes responder a estas preguntas dentro de tus actividades actuales ¡hazle lugar
allí!  si no, desempolva alguna vieja afición o desarrolla una donde tu entusiasmo sea al mismo tiempo guía y meta.
¡Hazte espacio! ¡expándete en nuevas direcciones!

SEGUNDO PASO, EQUILIBRA TU VIDA: Si tus días son sedentarios busca lo que requiera movimiento, si te la pasas en interiores busca lo que te lleve afuera, si estás todo el día soledad busca gente… y al revés si al revés es tu caso… El objetivo es balancear y enriquecer tus experiencias, tus conocimientos y tus habilidades.

TERCER PASO,  PONTE EN MARCHA: en lo que hagas o en la afición que cultives sé el protagonista y motor de lo que sucede.

CUARTO PASO, VÉ POR MÁS: que tu trabajo o afición te ponga en situaciones que requieran de ti nuevas habilidades, nuevos conocimientos; que amplíen tu mente y la gama de tus experiencias.
Sigue estas sencillas ideas y muy pronto todo a tu alrededor tendrá nuevas y positivas formas y colores.

Tu Ser trascendente y tu personalidad estarán alineados y serás co-creadora de la realidad, del futuro… de la vida.



Texto de Roberto Martinez CC-By 4.0
Foto de Shannon Kringen CC-BY-SA 2.0 

Pranayama: controlar la energía

En el camino de desarrollo interior del Yoga el control de la energía vital es una herramienta central. ¿Cuál es la energía vital? Esa que experimentamos cuando nos aquietamos, y dejamos que todo se asiente y percibimos en el cuerpo algo que tiene que ver con el cuerpo, que le da vida, pero que no es el cuerpo. Eso que alimenta al entusiasmo, que alimenta la alegría, eso que dejamos de sentir cuando pasan cosas que nos deprimen, que nos encierran; eso es el prana, es la fuerza esencial de la vida, de la vida celular, de la vida anímica a un nivel más refinado. “Yama” es la actividad y el control de esa energía.


instructor de Yoga practicando pranayama
Jesús Bonilla practicando Pranayama Yoga
Pranayama y respiración están profundamente relacionados, ligados; pero conocimiento y práctica pueden llevarnos más profundamente, hacia el manejo directode la energía vital.

Primero aprendemos técnicas respiratorias oxigenadoras y depuradoras. Luego profundizamos en cómo activar, acumular y dirigir los aspectos psicofísicos del prana. En una tercera etapa aprendemos a distinguir y manejar las diferentes modalidades y ubicaciones del prana en la anatomía sutíl.


La intención de este artículo no es describir los mecanismos fisiológicos físicos o sutiles, la estructura y movimiento del prana cósmico, ni técnicas respiratorias. Haré eso en otras entregas o en cursos específicos.

Aquí quiero señalar aspectos generales que suelen ser pasados por alto en las clases regulares de Yoga y en la ejercitación para meditar, pero que hacen una significativa diferencia en la sesión y en la vida cotidiana. Cualquier practicante con alguna experiencia puede lograr esto.

Lo primero es prestar atención y experimentar por separado pensamientos de sensaciones. Luego hay que seguir atendiendo, dejando atrás toda intelectualización, y refinar la capacidad de discriminar las diferentes sensaciones que conforman la experiencia. En este punto comienza a ser claramente reconocible la presencia del prana, de esa energía primigenia. El paso siguiente será aprender a dirigirlo.

- Pranayama es ir haciendo de la energía ya no juguete de las circunstancias si no cultivándola-





Hay una estrecha relación entre la cantidad y estado de la energía psicofísica personal, el estado de la conciencia, y la respiración.



Dos vías regulan la profundidad y frecuencia respiratoria: una son mecanismos automáticos para mantener los niveles óptimos de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre arterial. La otra es el estado de la conciencia,

Dentro de esta segunda vía, si no hay intervención intencional, la conciencia se va modificando de acuerdo a las mil circunstancias que nos envuelven: los contenidos del inconsciente que se activan, lo que los sentidos traen, lo que las emociones movilizan, las líneas argumentales que el intelecto genera. Así, la consciencia a está en foco, estamos presentes, y otras se desenfoca, y vivimos en automático, juguetes del destino. La respiración sigue a estos dos estados, y con su repetición tiende a prolongarlos y grabarlos en el sistema nervioso.



Pranayama es ese acto de tomar control y manejar intencionalmente la energía psicofísica, con la cual conducir nuestra vida y destino. Por eso el pranayama va mucho más allá de la respiración, aunque usemos esta como medio inicial de control de la energía, por la facilidad de manejarla usando algunas técnicas.



La respiración comprende varios fenómenos: la base es el acto fisiológico de incorporar oxígeno para la producción de energía y desechar dióxido de carbono resultante de esa producción. Asumiendo que otros factores fisiológicos son adecuados, una respiración óptima equivale a la mejor disponibilidad posible de energía.





La amplitud, el ritmo, el tono de la respiración generan sensaciones acordes de limitación, prisa, tensión, o libertad, calma, soltura. Estas sensaciones alimentan emociones y procesos psíquicos afines. Los patrones respiratorios, las emociones y procesos psíquicos asociados van creando patrones permanentes en nuestro sistema nervioso.



Usando las técnicas respiratorias del pranayama y técnicas mentales directas sobre la energía, podemos tomar control de todo el proceso, sentir de manera primaria el prana, y guiarlo intencionalmente.



Durante las asanas van naturalmente acercándose respiración, energía, y procesos psíquicos, hacia la estabilidad, libertad y calma. Pero podemos acrecentar este efecto enfocarnos aún más en la experiencia energética durante los ejercicios respiratorios o pre-meditativos. Atendiendo y conectando con esa energía primero en el cuerpo físico, y luego conectándola con la experiencia de nuestros planos sutiles.



Entonces en Yoga, meditación y desarrollo espiritual el manejo de la respiración es esencial para utilizarla como herramienta para crear un estado de consciencia definido intencionalmente y manejar desde allí nuestro percepción y manifestación en el mundo.

-Pareciera que hay dos caminos: una vía de la energía y otra la de los procesos interiores psicológicos y anímicos-

La respiración no educada es descoordinada, aleatoria, dependiente de las circunstancias, la respiración en Yoga no se entrega a los sucesos; en Yoga se trae la respiración y se le da forma, se la guía porque respiración y energía, vital y anímica están estrechamente relacionadas.

Hay más aún: cuando nos distraemos y nos dormimos despiertos creemos que el placer de los sentidos es la puerta a la felicidad, a la libertad, a la plenitud. Entre los confundidos, los inadvertidos, y los que no están confundidos ni inadvertidos pero que hacen su negocio de la confusión de otros, hemos terminado creando un mundo humano donde la mayor parte de las energías se gastan en el tratar de satisfacer los sentidos físicos y el ego. La famosa cadena del consumismo, de ser adquisitivos, de estar identificados con lo ilusorio.

Y no sólo consumir y adquirir en términos de comprar cosas, nos volvemos consumidores y adquisitivos de relaciones, personas, situaciones. Y como eso nunca nos da la felicidad, no sólo tampoco encontramos calma sino que más de una vez agrega intranquilidad en nuestro vivir cotidiano.

Nuestros sentidos, como canales que nos conectan energéticamente con el mundo, empiezan a estar atiborrados de contenidos al azar, empiezan a ser canales bloqueados, y ahí el prana, la energía vital se disipa. Se pierde.


- Hay que dejar que la respiración nazca del silencio y vuelva al silencio-

Cuando no se ha entrenado este manejo de la energía pareciera que hay dos experiencias diferentes: la de la energía, y la de los procesos interiores psicológicos y anímicos, pareciera que se mueven en diferentes espacios interiores. Pero al avanzar en la práctica de la quietud, de cultivar la respiración, de abrir la percepción, de ir más allá del proceso fisiológico, el practicante de Yoga empieza a darse cuenta que la vía psico-mental y la de la energía física se van acercando. Comienza a sentir otro tipo de presencia, de logro. Ahí es donde emergen todas las sensaciones de estar en eje, de estar en centro, de tener el centro de gravedad dentro, tener peso propio, o como a veces se define: “la presencia”, todas esas metáforas tienen que ver con esto, con que la energía de la vida, el prana y los procesos psico-mentales que se van uniendo en el aquí y ahora.

Entonces la mente ya no está yendo de acá para allá a los saltos y confundida. La consciencia se empieza a unir a una intención, a un sentido de vida, a la calma, a la dirección que queremos darle, al propósito.

Los sentidos empiezan a descongestionarse; empezamos a no estar abrumados de estímulos, empezamos a percibir la vida con claridad. La percepción de nuestra existencia empieza a ser serena, penetrante y refinada.

Sucede algo más cuando cultivamos la energía y la respiración en estos términos. Durante las asanas o durante los ejercicios respiratorios, pero también afuera, en el mundo cotidiano cuando nos acordamos y practicamos: Nos volvemos capaces de percibir no sólo el prana, la energía, si no también cómo se va modificando, cómo va fluyendo. Vamos descubriendo dónde la energía tiende a estancarse, dónde se producen discontinuidades, vamos descubriendo relaciones entre distintas situaciones que hemos tenido. Comenzamos a darnos cuenta que el trasfondo energético es el mismo, que todo nació del mismo lugar, aunque las personas tengan diferentes nombres, estén en distintos tiempos y las anécdotas sean diferentes; vamos descubriendo los patrones en nuestro existir.

No es estar haciendo ningún tipo de proceso mental, es más sencillo, es no agregar nada a lo que sucede. Dejar que la respiración venga del silencio y dejar que la respiración vuelva al silencio, sin intervenir, sólo percibiendo refinadamente. Eso va creando un gran aquietamiento del cuerpo, para que los procesos fisiológicos de la salud puedan desarrollarse, para que el cuerpo de las emociones pueda sentir el mundo y actuar en el sin distorsiones, para que los pensamientos florezcan positivamente creativos.

Esto es la esencia del pranayama.


Texto de Roberto Martínez CC-BY-4.0
Imagen: Jesús Bonilla "Tanumânasî" Instructor de Kundalini yoga practicando Pranayama, commons.wikimedia.org, Public Domain.

Tu mente cotidiana

Todos los días atravesamos por diferentes estados metales… a veces tan distintos entre sí, que cuando los comparamos parece que pertenecen a diferentes vidas o a diferentes personas.

Algunos de esos estados son un laberinto difícil y opresor donde no hay otra cosa que gris y rutina … en otros en cambio nos sentimos maravillosamente, el futuro es prometedor…y la vida fácil
¿Cómo evitar los primeros? ¿cómo darle permanencia al brillo y la alegría en nuestra vida?

Desde nuestros orígenes los humanos hemos buscado la forma de librarnos de lo que empobrece nuestra existencia y obtener una vida valiosa y feliz.
Pero normalmente andamos tan ocupados que los estados mentales se suceden sin que los entendamos del todo y mucho menos los manejemos… sin embargo allí mismo hay una vía inmediata para cobrar control.

- Podemos desarrollar la capacidad de mantener el foco de nuestra mente en estados de certeza y calma, y  construir nuestro destino con sentido coherente y feliz-



Calma mental y emocional con el Yoga
La mente en calma permite absorber los buenos momentos
Si atendemos a nuestras propias
experiencias cotidianas descubrimos que a veces nuestra mente está inestable, que salta de una cosa a otra constantemente o se aleja siguiendo pensamientos o sentimientos inútiles; nos cuesta concentrarnos, y así suelen salirnos las cosas. Otras veces está confusa, nos movemos como en una bruma donde nada de lo que sentimos o hacemos tiene claridad… así salen las cosas también. Atentos a esos estados podemos incrementar nuestra intención y estar más despiertos. Otra técnica es atender a la sensación general del cuerpo y amablemente alinearlo y relajarlo… eso aquieta y despeja la mente.

Otras veces, la mente está inestable pero logramos a veces enfocarla y sostenerla por algunos momentos mientras estudiamos, hacemos algo demandante o en una charla interesante; lamentablemente luego volverá a su inestabilidad. Sin embargo en estos momentos podemos emplear la estrategia de conectarnos con experiencias de real afecto y con lo que nos hace sentir seguros. Los estados evocados por esos contactos traerá al presente y volverá cada vez más estable nuestra mente.
Cultivando conscientemente los momentos de estabilidad desarrollamos la capacidad de mantener con toda intención el foco de nuestra mente de manera prolongada. Se abren entonces las puertas a la certeza, a la calma y a la capacidad de construir nuestro destino con sentido coherente, claro y feliz.
Aún otro estado mental es posible: el que surge de la meditación, o de esos maravillosos momentos que a veces nos regala la vida, cuando estamos completamente presentes… libres de todo pasado y de todo futuro… plenos de energía realizativa, plenos de ser nosotros mismos.

Reconocer por experiencia los estados de nuestra mente, dejar atrás los empobrecedores y cultivar los que nos dan vuelo nos llena de capacidad positiva, de sentido existencial… nos transforma en constructores de un destino cualitativamente mejor para nosotros y para quienes están en contacto con nosotros.

Contenido de Yoga de Escuela CC-BY-2.0
Foto de justine-reyes CC-BY 2.0


Cómo profundizar las asanas yoga

A fin de orientar a quienes toman sus primeras clases de Yoga, a quienes son principiantes en el Yoga, hemos hablado en las 7 claves para realizar las asanas de las primeras áreas hacia donde dirigir nuestra atención al realizar las posturas.
Aquí vamos a ocuparnos de aspectos más sutiles que surgen de los primeros y que llevan a los practicantes avanzados a otro plano de experiencia y a obtener de asanas todo su beneficio.

- La asana no es una reacción, no está guiada ni por una ambición ni por una aversión, no está atada a la búsqueda de un resultado-


Para ser tal la asana debe nacer de un estado puro, no de algo preparado. Las posturas Yoga no nacen de una actitud tipo “preparados-listos-ya”; sino de haber creado condiciones estables físicas, mentales y emocionales de quietud, de calma, de disponibilidad, que se despliegan en el aquí y ahora.
No nos "preparamos" para ejecutar una postura; creamos un estado donde lo mejor posible de nosotros en ese instante está manifestándose, y desde allí dejamos que la asana emerja; de adentro hacia afuera, un estado puro que se corporiza.
La asana no es una reacción, porque no está guiada ni por una ambición ni por una aversión, no está atada a la búsqueda de un resultado. Los resultados llegarán, sin duda, pero la mente está libre de ataduras en el sentido del Karma Yoga.

practicando Yoga con alegría y profundidad
Las asanas Yoga detienen la agitación de la mente


Hemos dicho que la ejecución de la asana debe ser lenta y uniforme, avancemos describiendo esa experiencia: la ejecución se debe realizar como acompañando al universo en su expansión; como entregándose-haciéndose-activamente-parte-de esa inexorable fuerza.
Cuando tratamos las claves para realizar las asanas diferenciamos dos fases dinámicas y una estática. Ahora que hemos avanzado en nuestra práctica tal diferencia tiende a diluirse. Las fases dinámicas se vuelven una forma en que la quietud se desenvuelve y manifiesta durante la transformación de la geometría física; mientras el practicante se adentra en la asana Yoga va deteniendo el tiempo psicológico y borrando los límites del espacio físico. De allí la primera condición que la asana Yoga tener: "la experiencia del infinito".

- La energía del practicante  no es atraída, ni agitada, ni malgastada por los sentidos, las pasiones o los argumentos del intelecto-


La fase estática por su parte se vuelve una forma en que profundas movimientos físicos, mentales y espirituales se desenvuelven y manifiestan en medio de una quietud que trasciende.
Durante la fase estática esa inmovilidad debe ser fluida. Permanecemos inmóviles pero llenos de vida, y la vida es cambio, es adaptación, es transformación. Externamente puede que se vea al practicante estático, pero en su cuerpo cada músculo, cada articulación esta adaptándose, ampliando sus capacidades, yendo más allá de lo habitual. Lo mismo sucede con la mente: está abarcando cada vez más experiencias, percibiendo a cada instante aspectos más sutiles de sí misma, del cuerpo, del mundo.
Lo que ha sido detenido es la agitación mundana, los mecanismos que nos hacen reaccionar y toda distracción han sido cesados intencionalmente, lo mundano mismo ha sido dejado atrás. El practicante, al percibir todo lo mundano como anecdótico y pasajero, naturalmente avanza más allá hacia una concentración total (Dharana).
Entonces la energía del practicante (sea en cuerpo, corazón, o mente) no es atraída, ni agitada, ni malgastada por los sentidos, las pasiones o los argumentos del intelecto.

La asana debe ser intensa, pero esa intensidad debe estar ajena a cualquier esfuerzo. Es una intensidad suave, dulce; este estado es difícil de comprender para quien no lo ha aunque sea intuido. Intensidad porque el cuerpo y la mente deben ser estimulados y llevados más allá de donde habitualmente se mueven, sin límite delante. Del dominio de esos estados mucho más allá de lo habitual, surgen los sorprendentes beneficios físicos que la práctica regular del Yoga produce, y se completa la segunda condición de la asana: la ausencia de esfuerzo.
El dominio de ese estado de concentración total, intensa, dulce y fluida, esa Dharana, abre las puertas a lo que usualmente se describe como a una absorción recíproca con el universo, con Dios, con el plan cósmico, según la inclinación de quien practica. La asana Yoga nos ha traído al estado meditativo (Dhyana) donde el flujo anímico y mental manifiesta al alma.
Hay aún un "más allá" en el desenvolvimiento de la asana, pero merece consideraciones aparte, y distraería de lo que esencialmente  queremos transmitir aquí.

-La asana Yoga no termina nunca, el estado puro, el estado de experiencia fluida, el Yoga entre cuerpo, emoción y mente, debe ser permanente-


Así como la asana se inicia con un estado puro que se desenvuelve, la salida de la asana es un desandar amablemente el camino, un regresar suave y sereno, totalmente limpio, a otro estado puro y estable. La asana no termina cuando el cuerpo físico comienza a desarmarla, hemos dicho que eso es el inicio de la segunda fase dinámica. Podría decirse que la asana Yoga no termina nunca, no es un "terminó la postura", durante la sesión de práctica no debe haber cortes entre las posturas, el estado puro, el estado de experiencia fluida, el Yoga entre cuerpo, emoción y mente, debe ser permanente.

Y al final de cada práctica el "darse cuenta" de lo que se experimenta, el mantener parte de la atención tanto tiempo como sea posible en las sensaciones del cuerpo, del corazón, de la mente, y absorber tales sensaciones; sentirlas integrándose a las células, haciéndose parte del entramado de nuestro ser cotidiano. Allí afuera "en el mundo de las horas y los días" es donde nuestra práctica del Yoga debe manifestarse para nuestro beneficio y el de todos los seres que entren en contacto con nosotros.


Texto de Roberto Martínez CC-BY-4.0
Foto de Fort Rucker (by Adrew Kosterman) CC-BY-2.0

Una antigua guía a la felicidad

Alrededor de dos mil quinientos años atrás, posiblemente sentados bajo la fresca sombra de un árbol, un grupo de mujeres y hombres que esperaban en silencio escuchó una pregunta que desde entonces, sencilla y simple, se ha extendido por el planeta y los siglos, guiando a hacia la obtención de una vida feliz y la construcción de un mundo mejor.
Desde aquél lejano pasado la pregunta de Sidarta Gautama sirve de herramienta para mejorar nuestra vida en las cuestiones más mundanas y en las más espirituales. ¿Quién indagará el camino a la virtud como el experto que selecciona las mejores flores?
desarrollarse interiormente es como elegir una flor
Podemos elegir nuestros estados como elegiríamos una flor

Comencemos a beneficiarnos ya mismo de esta guía y pongamos frente de nosotros nuestra concepción de virtud… la propia, la personal. Evadamos las trampas de enredarnos en discusiones sobre qué es o no es la virtud, o el ficticio y simplista argumento de que librados a nuestro propio sentir haremos cualquier tipo de atrocidad… mírate a ti mismo te darás cuenta que eso es falso.
Entonces… ¿Cómo te imaginas virtuoso? ¿Qué sueños grandes y nobles hay allí en tu corazón? ¿Cómo sería tu conducta? ¿Cómo tus sentimientos y pensamientos?... ¿Interesante verdad? Para ti y para los que están cerca de ti sin duda. Presta atención a que la pregunta original habla de que hay un camino hacia ese estado, es decir hay un trazado entre este momento y ese estado tan interesante, ya ves con claridad hacia dónde dirigirte.
¡Bien! Ahora viene el cómo: como “el experto que selecciona las mejores flores”, o sea prestando atención, examinando con cuidado desde diferentes perspectivas, usando con ecuanimidad tu mejor saber y entender. Eligiendo.
Las flores son las circunstancias, las personas, las cosas con las que cotidianamente entramos en contacto; también son los pensamientos, emociones y disposiciones de nuestra mente que se suceden todo el tiempo. No aceptes nada sólo porque está a la mano, o porque es más fácil, o porque te llama más la atención o porque  presiona o urge. Elije lo que sea parte de ese camino a tu propia virtud; de entre lo importante y lo cotidiano ve eligiendo lo mejor que dentro de ti y fuera va presentándose. No hace falta buscar ni inventar nada, todo va viniendo hacia ti… elije.
Ten presente también que esas flores que vas tomando, así de bellas y fragantes, así de efímeras son. Tu las has elegido por mejores… pero no te ates a ellas, están de paso hacia el fruto.
Entonces: tu propia idea de tu mejor yo, tu movimiento para hacerle lugar en el mundo, tu mejor saber y entender para administrar tu atención y energía es ese sentido. Explora el camino hacia lo mejor de ti mismo como el experto que selecciona las mejores flores y sus colores y perfumes se esparcirán en cada rincón de tu vida y a tu alrededor.


Texto de Roberto Martínez CC-BY-4.0
Foto de Marina del Castell CC-BY-2.0

7 Claves para realizar las asanas Yoga

Vamos a repasar un poco la ejecución de las asanas, los aspectos clave en la realización de las posturas del Yoga. El objetivo central de este escrito es ayudar y orientar a quienes inician sus prácticas. Para que limpien las raíces de la práctica, y extraigan todos los beneficios posibles en cada etapa.

Aquí vamos a hablar sobre los aspectos iniciales sobre los cuales dirigir la atención en la realización de las asanas. En otros post vamos a ir a los componentes profundos de la experiencia.
Intentaré aquí mantenerme dentro del campo de las experiencias a las que se accede al principio y señalar lo que en estas etapas puede hacerse; invito a los lectores a centrarse en lo que ya hayan experimentado por sí mismos suspendiendo momentáneamente el juicio sobre lo que pueda sobrepasar ese campo.

- Tal como el concepto ha ido evolucionando con el Yoga, asana es “experiencia consciente”, acto deliberado, o postura consciente; una mezcla de postura e intención -


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Las asanas desarrollan la calma y la vitalidad
Lo primero a considerar es que asana no es simplemente postura. Tal como el concepto ha ido evolucionando con el Yoga, es “experiencia consciente”, acto deliberado, o postura consciente; una mezcla de postura e intención, no simplemente postura. Eso es lo que diferencia radicalmente al Yoga por lo menos de todas las prácticas gimnásticas occidentales, y de muchas otras prácticas físicas.
Si bien la parte psíquica está siempre ahí, hasta cuando uno juega un partido de fútbol o trabaja con pesas atendiendo sólo a contar repeticiones, la actividad es psicofísica. Pero en el Yoga es un componente esencial, la consciencia va junto con eso, no sólo buscamos que la postura nos dé elasticidad, nos dé tonicidad, nos dé equilibrio o eleve nuestra vitalidad, sino que estamos buscando además ingresar a estados en los cuales experimentar, ejercitar y controlar lo que podríamos llamar los cuerpos más sutiles.
Asana es más que postura, va mucho más allá de eso; es postura y es la perspectiva y condición física y mental con la que es necesario encararla. Como si fuera un acto sagrado en un lugar sagrado. Y fuera de religiosidades específicas lo es: estamos usando nuestro precioso tiempo en la tierra, usando nuestro cuerpo finito, dejando de lado lo anecdótico e intentando que aflore todo lo mejor de nosotros mismos.


- Dirigir amable y con mucha precisión la atención primero a la soltura con la cual vamos ejecutando la postura, a la ejecución relajada -


Sigamos con lo más sencillo: hacia dónde dirigir nuestra atención cuando realizamos la postura. Y ya aquí hay que notar que no es atender de cualquier manera. Es dirigir la atención de manera amable, de manera suave, tranquila; no es un “hacer fuerza para concentrarse en”, como quien hace un especie de esfuerzo intelectual o emocional. El Yoga es sin esfuerzo; tiene que ser intenso, estimulante, de algún modo “extraordinario”… pero sin esfuerzo.

Entonces dirigir amable y con mucha precisión la atención primero a la soltura con la cual vamos ejecutando la postura, a la ejecución relajada.
Aún en las asanas que se dirigen a movilizar fuertes energías musculares hay que lograr el ajuste sólido del cuerpo junto con una profunda calma interior, que se vuelca en el cuerpo y genera una base relajada para ese cuerpo que se contrae... esto lo entienden quienes han avanzado en su experiencia; quienes no han llegado aún a ese punto pueden dejar esta idea en el trasfondo de su mente, ya llegará el momento en que experimenten esto, no se puede forzar.

Hay que concebir, sentir y realizar las asanas, aun las más intensas, como un acto relajado, como un desafío al cual uno va adaptándose. Las asanas se realizan “de adentro hacia afuera”. Cuando se dan los primeros pasos en Yoga puede ser “hago una postura y espero que cause sus efectos en mi”; pero rápidamente hay que ir desarrollando el camino inverso: genero ciertos estados, ciertas intenciones, las potencio… y las transformo en asanas.


- La asana se realiza en un movimiento meticuloso y uniforme, siempre igual -

Lo siguiente es atender a que ese movimiento sea meticuloso, y meticuloso tiene un significado un diferente para novatos que para practicantes avanzados. Aquí me ocupo de los novatos.
Meticuloso es que sea sumamente deliberado y uniforme, que no sea a los saltos. No es hago un esfuerzo, descanso, pego otro un tirón, y descanso y luego otro tirón. Hay que ir adaptando cada postura y cada ejecución al cuerpo de uno, al momento vital de uno pero comenzando, avanzando y llegando a la postura con el mismo tipo de movimiento, no escalonado, no tironeado, siempre relajado, suave, igual. Salimos de la postura de la misma forma.

El siguiente punto al cual prestarle atención es la técnica de ejecución. Quienes no lo practican o recién comienzan piensan en Yoga y las primeras imágenes que vienen, por lo son la de las fotos de internet, de las revistas, de los libros. En general se trata de cuerpos jóvenes, elásticos, cuerpos particularmente entrenados en el Yoga. Nada malo con esas imágenes: son estéticamente hermosas, y pueden resultar inspiradoras; usar esas imágenes para elevar nuestro entusiasmo es útil,  incluso estimulan las neuronas espejo para mejorar nuestra ejecución. Pero la técnica correcta no es cumplir con la foto, coincidir exactamente con la imagen; técnica correcta es estimular el cuerpo tal como debe ser estimulado en esa postura, lograr una geometría que sea beneficiosa,  y que corresponda al estado del cuerpo y energías en ese momento, nuestro cuerpo no está siempre igual.

- La técnica correcta no es cumplir con la foto, técnica correcta es estimular el cuerpo tal  como debe ser estimulado en esa postura en las condiciones presentes -


Técnica adecuada tiene que ver con la historia del cuerpo, la actividad física que ha tenido durante la vida, los accidentes sufridos a veces. Tiene que ver hasta con cuestiones genéticas, hay cuerpos naturalmente más flexibles, o más fuertes. Siempre pueden ampliarse las capacidades heredadas, uno siempre puede compensar la historia del cuerpo, siempre tenemos la capacidad de transformar y mejorar nuestro cuerpo, de hecho es parte de lo que logramos con el Yoga, pero la técnica correcta necesita tener en cuenta y adaptarse evolutivamente a eso.
Atender a la técnica es mantener control y dirigir la atención y acción para ir acercándonos y lograr las formas y estados deseados, la columna, los miembros, el peso del cuerpo, las contracciones y las solturas, las simetrías o asimetrías según la postura.

La técnica Yoga correcta es abarcar todo, a través del cuerpo voy ampliando mi mente, ampliando mi consciencia. Pero antes de ampliar mi consciencia para ser capaz de percibir planos sutiles tengo que ser capaz de sentir y manejar mi cuerpo.

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 - La respiración tiene que ser amplia, relajada, tiene que haber aire suficiente, y tiene que ir siendo cada vez más natural -


Y después atender a la respiración. Esto es esencial. Hay que “cultivar” la respiración. Cuando uno cultiva algo le presta cuidadosa atención, lo desmaleza, le acerca los alimentos que necesita. Básicamente la respiración tiene que ser amplia, relajada, no tiene que faltar el aire. Y tiene que ir siendo cada vez más natural, así de amplio como estamos buscando, natural también.  Y salvo que haya alguna instrucción diferente de eso, la toma la exhalación más o menos del mismo largo.
Digo más o menos para que no nos pongamos en tratar de cronometrar una y otra, la experiencia me va llevando a sentir. Y  cuando siento que son más o menos del mismo largo, eso es. Hay que atender meticulosamente a la respiración al realizar las asanas.
En Yoga la relación respiración-energía-consciencia es toda una parte completa de la disciplina, el pranayama, pero en este momento alcanza con lo que hemos dicho.

-  La asana tiene tres momentos: entrar, permanecer y salir de ella -

Hemos hablado de ejecutar la postura; esto tiene tres momentos: entrar, permanecer y salir de la postura. Una asana tiene dos fases dinámicas, cuando entro adoptando la postura, y cuando salgo de ella. Y tiene una fase estática: el momento en el que estoy, por ahora digamos, quieto en la postura.

En la fase estática de la asana la atención tiene que ir dirigiéndose a mantener la geometría, es decir la postura, en relajar tanto como sea posible sin perder esa geometría, y dirigir la atención a los aspectos centrales de lo que la postura está buscando sobre el cuerpo. Si es una rotación, el estímulo de columna, el soltar las vertebras, el aflojar los músculos de la espalda, atender a eso, que se vaya produciendo el efecto, hacerle espacio a ese efecto, dejar que la postura vaya asentándose. Y por supuesto siempre la respiración.
Durante la fase estática la entrega, la apertura, la disponibilidad, del cuerpo y de la mente debe ser tal que se creen las condiciones que permitan a la asana madurar. Esto hay que entenderlo bien; toda asana requiere de la acción activa de ciertos músculos y la acción receptiva de otros; la atención tiene que llevar la consciencia a ambos para profundizar la energía específica que hay que manifestar ahí.
El hacer, los músculos activos, siempre nos resulta más fácil. Si hasta vivimos en una sociedad que está todo el tiempo empujándonos a hacer y a esforzarnos; por eso necesitamos entrenar más el otro aspecto, el de aflojar para hacer. Sin ser exactamente lo mismo pero tiende a penetrar en el campo del Wu-Wei de la China, “el hacer sin hacer”.
Por eso en algunas posturas que tienden a ser demandantes para la mayoría yo les pido que descansen en esa postura. De nuevo: para los principiantes esto puede sonar a puro consuelo, pero a medida que la experiencia en el Yoga avanza uno realmente se relaja y descansa aún en las posturas exigentes. Recuerden que las dos condiciones mencionadas en milenarios tratados Yoga son ausencia de esfuerzo y consciencia de infinito.

 - Las tendencias, intenciones y capacidades físicas, emocionales, psicológicas van estando en la vida cotidiana, y ahí es donde manifestamos finalmente nuestro Yoga -


Entonces una asana no es “un ejercicio” tal como solemos concebir la gimnasia. Cada asana tiene todo este recorrido de nuestra atención, todos estos componentes, que hay que cultivando, que hay que ir equilibrando, ahí es donde empezamos a hacer una asana. Visualmente con algún geometría más o menos alcanza para que alguien de afuera vea y diga “está haciendo Yoga”,  ahora nosotros que estamos buscando el Yoga real sabemos que empiezo a hacer Yoga cuando todo esto va estando junto. Y si, hay días que uno viene y sale todo eso fabuloso, sin ningún tipo de energía extra sale todo así. Y hay días que tengo que estar constantemente con la atención dirigiéndola a moverme uniformemente, a estar relajado, a atender a la respiración, a tender la geometría, a todo esto que hemos repasado. Es parte de la práctica, pero más y más uno va practicando y más y más eso se va grabando en lo que se suele llamar la memoria implícita, como  el andar en bicicleta, me subo y ya ni lo pienso, ahí voy.
Más y más uno va practicando todos estos aspectos del Yoga y ellos se van incorporando a nuestra memoria implícita y a nuestra memoria genética. Que no se queda en nuestro salón de práctica; ese tipo de estados, ese tipo de tendencias e intenciones físicas, emocionales, psicológicas van estando afuera, en la vida cotidiana, y ahí es donde la práctica del Yoga, de una asana inicialmente física, se va volcando como puerta hacia un vivir más pleno, más libre.


Texto de Roberto Martínez CC-BY-4.0
Fotos: (1)SeattleYogaNews.com CC BY-2.0, (2) Yoga de escuela CC-BY-ND 2.0